Los papiros de Equinoccio


Publicado en TalCual el lunes 5 de octubre de 2009


"El hábito de armar/ rompecabezas con lo simple/ no hace regresar/ a la morada del amor" asegura Edda Armas en su poema Marea baja. "¿duermen acaso las mujeres que amamos, / hablan o se alimentan/ o igualmente no amar las hiere tanto?" se pregunta Luis Moreno Villamediana en Muerte compartida. "Lenta, la piedra madura su paciencia. Sorda. Sola. Avara resguarda su claro, adentro. Aprende lo hondo. Aprende a callar.", así lo cree Rafael Castillo Zapata en el segundo poema de Parte de piedra. La obra de estos tres poetas venezolanos forma parte de la colección Papiros 2009, perteneciente a la Editorial Equinoccio de la Universidad Simón Bolívar y que cuenta con el patrocinio de Banesco.
Los poemarios Toma lo simple por el tallo de Edda Armas; Eme sin tilde de Moreno Villamediana y Estancias de Castillo Zapata serán presentados mañana a las 7:00 pm en el auditorio Fernando Crespo Suñer, ubicado en el piso 3 del complejo Ciudad Banesco en Bello Monte.
Armas nació en Caracas en 1955, es psicóloga social. Perteneció al primer taller de poesía del Celarg con la guía de Gonzalo Rojas, Ludovico Silva y Guillermo Sucre. A los 20 años de edad publicó Roto todo silencio, el primero de sus trece libros de poesía. Su poemario En bicicleta obtuvo en 2002 el premio de la XIV Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre.
Moreno Villamediana nació en Maracaibo en 1966, es ensayista, crítico y traductor. Su primer libro fue Cantares digestos en 1996, al año siguiente ganó el premio internacional de poesía Juan Antonio Pérez Bonalde. Administra un bitácora electrónica: contrapaso.blogspot.com.
Castillo Zapata nació en Caracas en 1958, es ensayista, crítico y profesor en la escuela de Letras y la maestría en Estudios Literarios de la UCV. Perteneció en los ochenta al grupo Guaire. Árbol que cree torcido, publicado en 1984, fue el primero de sus poemarios, seguido de Estación de tránsito (1992) y Providence (1995).


Concepto de estación
cuando el verano hace que dure más el día,
salen también los barcos
y se vuelve difícil caminar

e incluso detenerse;
enormes anclas atadas

a postes eléctricos cubiertos de anuncios

de papel de conciertos se cruzan
como esculturas torpes momentáneas
y quien desea caminar tropieza
e incluso

se ahoga;
  • llamamos verano al desarrollo de esa magia repetida
    (cada año)
    en que océano y tierra firme
    en todo lugar se confunden se amasan se amanceban
    como aliento
    en aliento, en catres (en casas, en hospitales)
    (en los días calurosos)
    (del verano) (repito)
Luis Moreno Villamediana

Providence
11
Ya pienso en tus encajes, y anticipo las fogatas y el oro que rodearán tu cuerpo el día en que te levantes empujadas por el hambre y la sed de tus labios clausurados. El día en que te decidas a robar el alimento que ahora pide tu sangre sin que se atreva a sublevarse todavía. Pero ya pienso en tus excesos, en tus danzas, en tus tobillos desnudos florecidos entre la hierba.

Sé que no es la hora todavía.

Pero me adelanto a tu alegría al reencontrarme con el mar: tus bodas con la luz, tus gulas animales, los muslos de bronce del calor una mañana, redondos, sobre ti.

Rafael Castillo Zapata

Amarrados
Aguardas lo estruendoso

amalgamar en el gesto agazapado

noche fría de amarrar la boca
a una única palabra
que abra boquete al desierto
algo tangible que puedas tocar

dejar de ser sólo rumor


más cerca cada vez se aloja y envuelve
te rebobina
silba el recuerdo que soñarás luego
lo que no aguardabas ya en esta vida.

Edda Armas


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